
Ponerse la vacuna de la gripe o no hacerlo, realmente este dilema no debía existir. La gripe en nuestros mayores puede ser leve, moderada pero inclusive mortal.
Por lo que podemos afirmar con rotundidad que la prevención es algo imprescindible. La vacuna siempre es protectora, reduciendo la gravedad de la enfermedad y reduciendo el ingreso hospitalario.
Nuestros cuidadores de mayores no tienen dudas, ellos se vacunan también, prevenir a sus adultos mayores, a aquellos a los que cuidan y protegen es su prioridad y la gripe puede derivar en un gran daño a los mismos.
Oimos decir, «pero si ha mudado la cepa», «si total al final terminamos cogiendo un resfriado». No obstante esto no es correcto del todo, cada año la vacunación se realiza a partir de las cepas que se encontraban en la temporada anterior, con lo cual la vacunación es diferente año tras año, recogiéndose las variaciones de las cepas en gran medida.
Además no debemos perder de vista la realidad: la gripe supone una infección vírica, aguda y que puede llegar a provocar multitud de casos graves que afectan al sistema inmunológico de nuestros mayores.