Por Rosa Raquel Ruiz Trascastro
Docente de la Universidad de trabajo social de Málaga y secretaria del colegio oficial de trabajo social de Málaga
Las personas mayores que viven solas son la realidad de un mundo envejecido, sobre todo en el continente europeo donde los porcentajes de personas mayores son realmente amplios en relación al resto de la distribución. Alrededor de un 40 % de la población mundial mayor de 60 años vive solo o con la única compañía de su pareja. Además, esta tendencia es aún mayor en la medida en que las zonas presentan mayor nivel de desarrollo y es que aproximadamente tres cuartas partes de las personas mayores vive de esta manera (United Nations, 2014).
Por ello es imprescindible conocer la eficacia de las intervenciones del Trabajo Social en el uso de las nuevas tecnologías para que sea un instrumento eficaz para reducir la soledad en este grupo etario. También se ha desarrollado un meta-análisis para evaluar la eficacia de las intervenciones que emplean el uso de ordenador y el manejo de Internet para reducir la soledad y depresión en personas mayores (Choi, et al., 2012) y se comprobó que estas intervenciones son eficaces para reducir la soledad, pero no la depresión, aunque el reducido número de estudios usados en el meta-análisis (únicamente seis estudios) limita la generalización de los resultados hallados (Choi et al., 2012).
La eficacia de las intervenciones especializadas en el uso de nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC’s), persiguen conectar a las personas mayores virtualmente y reducir su soledad y aislamiento social. Al respecto, Morris et al. (2014) llevaron a cabo una investigación sistemática sobre los estudios que habían evaluado la efectividad del uso de tecnologías inteligentes para mejorar o mantener el contacto social de las personas mayores que viven en la comunidad, encontrando pocos estudios que comprobaron su efectividad para mejorar la conexión social de estas personas, pero estas intervenciones son complicadas dado que el perfil de las personas mayores en España confirma la existencia de una brecha digital, reduciéndose el porcentaje de personas que utilizan Internet a partir de los 55 años y observándose en el grupo de personas mayores (de entre 65 y 74 años) que los hombres son los que más utilizan el ordenador e Internet (Abellán et al. , 2017). Por este motivo, y ya que la intervención que se ha diseñado y aplicado en el presente estudio se centra en el acompañamiento con voluntarios universitarios y no se hace uso de TIC’s.